feminismo y crudeza Dicen que el 8 de marzo de 2018 fue la movilización más grande de la historia de la humanidad. Quizás estén exagerando, pero no hay dudas que la rebelión feminista es un movimiento político hiperpotente. Tan encantador como repudiado. Tan transversal y desbordante como capaz de trazar límites con intransigencia. Pero su riqueza está en la complejidad. En sus incertidumbres. Incluso en sus divergencias. Una entrevista cálida y sincera con el colectivo Ni una menos, pocas horas antes del acontecimiento.