Marcos Ramos

gal costa y la fundación de lo que todavía no se nombra Durante la dictadura militar brasileña, permaneció en su país representando al tropicalismo. Su voz no tembló a la hora de cantar “No tenemos tiempo para temer a la muerte”. Fundamental en la escena cultural del Brasil contemporáneo, la cantante, que murió el 9 de noviembre pasado, guarda en su historia un modo político y artístico de revolucionar la canción y debilitar el orden conciliador de las cosas. Un viaje por la música popular brasileña a través de una artista que le puso cuerpo y voz a una hibridación maravillosa.